Desde el año 2015, he venido trabajando en una serie de pinturas en las cuales retrato espontáneamente las criaturas y los paisajes que se funden en mi inconsciente. La técnica suele ser pintura acrílica sobre lienzo, pero también práctico otras actividades como el muralismo. Los formatos de las obras varían, sin embargo, me siento más completo y complacido pintando lienzos grandes, a partir de 1x1m. Los malhechos, son seres que he venido trabajando desde la imaginación selectiva, he llegado al punto de lograr verlos y sentirlos. Ellos son los que me cuidan en este viaje espiritual por las sendas del infinito; me susurran al oído y me piden que saque a la luz su lucha y que defendamos al planeta: ellos, desde su espíritu, y yo, desde la pintura, la música, la poesía.
Los Malhechos también me han ayudado a construir mi historia. Siempre que estoy en las montañas tengo contacto con ellos. Para descubrirlos he visitado varios centros de poder como la Sierra Nevada De Santa Marta y el Amazonas; también he recurrido a la medicina del tabaco, del rape y del yagé, para estimular esa conciencia que nos conecta con el planeta tierra y nos permite verlo como el centro de todo.
Con ellos en mi mente comencé a pintar. Así empezaron a habitar el mundo bajo la premisa “salva al mundo con arte basura”, hace algunos años en un viaje a Nueva York.
Durante un viaje a esta ciudad, tuve la intención de ayudar a disminuir la cantidad de basura que se producía, decidí recoger cajas de cartón y darle otra utilidad: cuadros donde me era posible plasmar los personajes y paisajes que en mi mente aparecían, darles vida a través de los colores, pintando con mis dedos comencé a transmitir su mensaje, su sentir y generar un arte distintivo que diera vida a los malhechos.
Esta experiencia me llevó a ser patrocinado por Street Art NYC, como artista invitado a pintar el metro de Nueva York; así mismo, al retornar a Colombia, fui invitado para pintar en el Festival Tatacoa Fest, patrocinado por RedBull. Esto marcó un crecimiento importante a nivel personal y artístico, además, dio inicio a la construcción del mito que esconde este proyecto y que hoy en día tiene forma, vida y un hermoso lugar en las montañas del páramo de Chingaza.
Lo interesante de mi obra es que las pinturas también marcan un trazo muy importante de mi personalidad en los distintos años y situaciones por las que he transcurrido; los trazos de los cuadros permiten deducir que el 2017 fue una época llena de ansiedad y rebeldía, pero ahora, en el 2021, la iconología y la iconografía de los cuadros está mucho más centrada en los mitos de los Malhechos, y la representó en diferentes maneras, como podemos ver a continuación:
